Leptospirosis en perros: Síntomas, tratamiento y prevención

La leptospirosis es una enfermedad bacterial altamente contagiosa que puede ser mortal para tu perro. Te explicamos cómo reconocerla, tratarla y, lo más importante, cómo prevenirla para mantener a salvo tanto a tu mascota como a tu familia.

Dog sleeping on bed

¿Qué es la leptospirosis canina?

La leptospirosis, también conocida como enfermedad de Weil, es una infección bacteriana grave que afecta principalmente a perros, aunque puede transmitirse a humanos. Esta enfermedad se propaga principalmente a través de la orina de animales infectados, tanto salvajes como domésticos.

Las bacterias leptospira pueden sobrevivir en agua estancada y suelos húmedos durante largos períodos, siendo especialmente peligrosas después de lluvias intensas. Una vez que ingresan al cuerpo de tu perro a través de heridas, mucosas o al beber agua contaminada, viajan por el torrente sanguíneo hasta llegar al hígado y los riñones.

El proceso de infección es particularmente grave: entre ocho y diez días después del contagio, aunque el sistema inmunitario elimina gran parte de las bacterias, el daño a los órganos vitales ya está hecho. Este daño puede provocar insuficiencia hepática o renal, poniendo en riesgo la vida de tu mascota.

Síntomas de la leptospirosis en perros

Los síntomas pueden variar según el tipo de bacteria leptospira y la respuesta inmunitaria de tu perro. Los síntomas pueden incluir:

Síntomas iniciales:

  • Fiebre alta y temperatura corporal elevada
  • Pérdida de apetito y debilidad general
  • Dolor muscular que puede causar cojera
  • Aumento notable de la sed

Síntomas avanzados:

  • Ictericia: encías y ojos amarillentos
  • Vómitos frecuentes
  • Diarrea con sangre
  • Sangrado por boca y ojos
  • Úlceras en la boca
  • Colapso y extrema debilidad

Si observas cualquiera de estos síntomas en tu perro, contacta inmediatamente con tu veterinario. El tiempo es crucial para el tratamiento exitoso de esta enfermedad.

¿La leptospirosis en perros se cura?

La buena noticia es que la leptospirosis canina tiene tratamiento, especialmente cuando se detecta a tiempo. Los casos leves responden bien a los antibióticos administrados por un veterinario.

Sin embargo, si tu perro ha desarrollado daño hepático o renal, necesitará hospitalización y cuidados intensivos. Desafortunadamente, el daño a estos órganos suele ser irreversible y puede ser fatal.

Leptospirosis canina: contagio a humanos

Una de las preocupaciones más importantes sobre esta enfermedad es que puede transmitirse de perros a humanos. Si tu perro está infectado, debes tomar precauciones extremas:

  • Usa guantes al limpiar áreas contaminadas
  • Desinfecta todas las superficies tocadas por tu mascota
  • Lava la ropa de cama de tu perro por separado
  • Lávate las manos frecuentemente
  • Busca atención médica si presentas síntomas similares a los de la gripe

Los niños pequeños son especialmente vulnerables, por lo que la prevención es fundamental.

Prevención de la leptospirosis

Vacunación: La vacuna contra la leptospirosis es la forma más efectiva de proteger a tu perro. Se administra como parte del programa de vacunación inicial del cachorro a las 8 y 12 semanas de edad. Recuerda que necesita refuerzos períodicos para mantener la protección.

Medidas preventivas adicionales:

  • Controla la población de roedores en tu hogar y jardín
  • Evita que tu perro beba de charcos o agua estancada
  • Impide que coma excrementos de otros animales
  • Trata inmediatamente cualquier herida abierta
  • Mantén limpio el entorno de tu mascota

La leptospirosis en perros es una enfermedad grave pero prevenible. Con la vacunación adecuada y medidas preventivas básicas, puedes proteger tanto a tu mascota como a tu familia. No dudes en consultar con tu veterinario ante cualquier síntoma sospechoso.

Recuerda: la prevención es siempre más efectiva y menos costosa que el tratamiento, especialmente cuando se trata de enfermedades potencialmente mortales como la leptospirosis.